10-2-2015 - ACTUALIZACION VICTOR MANUEL IBARRA - ESTA PASANDO UNA DIFICIL SITUACION ECONOMICA - LA COMUNIDAD PIRANENSE SEGURAMENTE COLABORARA CON EL PARA SUPERAR
ESTE MOMENTO QUE ESTA ATRAVEZANDO...... ES UN AUTENTICO EMBAJADOR FORMOSEÑO-PIRANENSE CON SU ARTE PUSO A SU PUEBLO EN LO MAS ALTO... SE ESTA PREPARANDO UN FESTIVAL FOLKLORICO EN SU APOYO....... "Este homenaje es para Víctor Manuel Ibarra, un formoseño que brilló en numerosos escenarios mediante su virtuosismo de cantor. "
Se cumplieron 101 años de la fundación de la ciudad de Pirané y es oportuno reconocer el trabajo y el esfuerzo de hombres y mujeres que a lo largo de este tiempo brindaron lo mejor de sí para aportar a la construcción de una sociedad mejor. Muchas de esas personas no tuvieron su merecido homenaje pero tampoco lo buscaron, por humildad y don de gente. Otros fueron reconocidos pero con el paso del tiempo pasaron al olvido, aunque la satisfacción mayor es el legado que dejaron como herencia. Una de estas personas es Víctor Manuel Ibarra, un hombre de 76 años que ahora vive solo y triste en la casa 5, manzana 88 del barrio 7 de Noviembre. Ibarra es un virtuoso cantor que compuso numerosos temas musicales dedicados a su querida provincia y en todas sus letras llenó de elogios al formoseño, incluyendo “Samba para mi Formosa”, hace más de 30 años. <<Samba para mi Formosa, samba entristecida, de amor que se va cuando se alejan palomas, llevándose el canto de mi litoral. Canto que habla de los ríos y de los campos en flor. Canto que allende los mares, pinta la belleza que en mi tierra hay. Vuelve paloma a tus lares, vuelve te espera el amor, porque quien deja Formosa no la olvida ya nunca jamás. Cuando le canto a mi tierra pido a Dios que nunca se apague mi voz, para cantarle en las noches todas nuestras ansias, todo nuestro amor. Dile paloma a la gente que hay bellas mujeres, amor y bondad. Que el paraíso en la tierra lo encontrará en este lugar celestial. Vuelve paloma a tus laQuiera Dios que todos juntos trabajemos al conjuro de un presente con destino de ansiedad, res, vuelve te espera el amor, porque quien deja Formosa no la olvida ya nunca jamás”>>, cantó Ibarra sentado en una silla en la vereda de su casa en plena entrevista con La<<“Oh, Pirané: mi canción se hace emoción al evocar esos días de la Escuela, mi primer novia querida, los amigos de mi infancia tan feliz... Oh, Pirané: con qué dicha te contemplo sin cesar Mañana. Como todas, esta historia de vida tiene luces y sombras, momentos de alegrías y tristezas, aunque en esta oportunidad el sello que la distingue de los relatos anteriores es la soledad de un hombre que pese a las decepciones que lleva en su alma y su corazón, demuestra un profundo y conmovedor amor por su provincia y su gente. Su lucidez mental, su talento musical y su jovialidad en el trato contrastan con su apariencia actual. Nació el 12 de agosto de 1936 en Pirané y es el único hijo del matrimonio conformado por Concepción Galeano y Fermín Ibarra. Su madre era modista y su padre panadero y comerciante en su ciudad natal, para la que también compuso la canción “Oh, Pirané”. Al recordar el tema, de inmediato comenzó a cantar:y te veo tan cambiado, me pregunto qué ha pasado. Eres pueblo con orgullo de ciudad. y te veo tan cambiado, me pregunto qué ha pasado. Eres pueblo con orgullo de ciudad. Porque el pueblo tan querido, que nos dio esta vida hermosa, sea digno de Formosa y del país. Oh, Pirané: bellas flores las que adornan mi jardín, porque bellas son las niñas que engalanan tu hermosura, la mayor de las riquezas que; hay en tí. Oh, Pirané: te mereces mucho más que una canción, más presiento que los ecos de estas notas, van llevando el mensaje más sincero, que hay en ti”>>. Víctor Ibarra cursó su educación primaria en la Escuela Nº 36 de Pirané y la secundaria en el colegio salesiano de Don Bosco en Resistencia. Si bien no proviene de una familia de cantores, su amor por la música estuvo presente desde sus primeros años y era el elegido para interpretar canciones en los actos escolares. Víctor Ibarra cursó su educación primaria en la Escuela Nº 36 de Pirané y la secundaria en el colegio salesiano de Don Bosco en Resistencia. Si bien no proviene de una familia de cantores, su amor por la música estuvo presente desde sus primeros años y era el elegido para interpretar canciones en los actos escolares. Talento: Su capacidad y su talento siempre sobresalieron y en el colegio -elegido por sus padres para una mejor educación- rápidamente lo notaron y le valió la consideración de los docentes, al punto que lo convocaron para cantar en las misas que se hacían en la institución educativa. “Cuántos recuerdos hermosos que llevo en mi corazón. Algunas personas me decían que iban a misa para escucharme cantar el Ave María de Shubert en español”, comentó mientras entonaba parte de la letra de la canción religiosa. Después de terminar el colegio estuvo un tiempo en Corrientes hasta que fue a estudiar abogacía en Asunción. Pero su gusto por la música fue más fuerte y su privilegiada voz no necesitaba pedir permiso para actuar en reconocidos escenarios de Paraguay. Hizo el servicio militar en el Distrito Formosa y el gobernador de facto Augusto Sosa Laprida lo becó para estudiar canto y música en el Conservatorio López Bouchardo de Buenos Aires, en aquellos tiempos el primero en Sudamérica. Estuvo dos años, pero el cambio de gobierno interrumpió su beca y también sus sueños de culminar su formación musical. Pero su talento era innato y vivió un tiempo de actuaciones en cantinas de Capital Federal, donde no faltaba el reconocimiento y la ayuda económica. Dijo que en esa época conoció a muchos famosos de la música nacional como Palito Ortega, Leo Dan, de quien grabó un disco en el sello RCA: “La niña está triste”. “Fueron épocas doradas. Demetrio Ortiz me invitó a cantar guaranias en radio Splendid con la orquesta del maestro Marafiotti y así conocí a Don Samuel, que me llevTras regresar a Formosa, vivió durante un largo tiempo en la casa de Omar Sbardella, de quien era ahijado, y trabajó como empleado en el Instituto de Colonización y Tierras Fiscales, donde se jubiló. Con el paso de los años fue adjudicado en una de las viviendas del barrio 7 de Noviembre, donde vive en compañía de tres perros. “El canto me abrió muchas puertas y le estoy agradecido a este arte porque me permitió viajar y conocer mucha gente y lugares. Antes venían muchos a verme, pero ahora me siento sólo y olvidado. Estos perros son todo para mí”, remarcó. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras para mostrar y disfrutar” Don Víctor Manuel Ibarra resaltó que los formoseños tienen en la actualidad una ciudad completamente distinta a la de sus años de juventud y destacó el desarrollo alcanzado en materia de infraestructura. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras que mostrar y disfrutar. Antes era más chica y casi no había asfalto. Era una pequeña comunidad con un centro acotado. Ahora tenemos otra Formosa porque el cambio que experimentó es grande. Son muchas las calles y avenidas que cuentan con asfalto cuando eso era impensado décadas atrás”, expresó. Con respecto a la gente, consideró que el formoseño siempre se caracterizó por su amabilidad y su hospitalidad, y entendió que esos valores deben ser cuidados. “Las virtudes no deben pasar de moda. Pese a las condiciones en las que me encuentro ahora, siempre quise a mi provincia y traté de darle todo lo mejor que tuve para ofrecer. El paisaje de nuestra Formosa es muy bonito, muy particular, muy nuestro y todos debemos estar orgullosos de la tierra en que nacimos. Tal vez el modo de relacionarse de la gente cambió un poco, pero en esencia la solidaridad y la nobleza se mantiene en la comunidad formoseña”, sostuvo. A lo largo de la conversación, la música siempre estuvo presente y reiteró en varias ocasiones que el amor por el canto nació con él. “Algunos hablan de la vocación, otros del don. En mi caso el canto es la vida. Cuando hice ‘Zamba para mi Formosa’ lo hice desde el amor. Surgió en mí la inspiración y desde lo profundo de mi ser convertí en letra mi cariño por mi tierra, por la gente amable y buena”, aseguró. ó después a integrar el grupo musical de Alberto De Luque con quien recorrimos distintos puntos del país y grabamos un long play, ‘Los amigos del Amambay’, con temas como ‘Campamento’ y ‘Que linda es mi bandera’ en 1960 y como solista ‘Alto Paraná’. Algunas fechas ya no las recuerdo muy bien. Me acuerdo también que tuve la posibilidad de un viaje a Europa y cuando mamá fue a despedirse en Buenos Aires el doctor Julio Cesar Tonina me dijo que ella estaba mal de salud y volví a Formosa para acompañarla. Como no tenía hermanos, sentía que debía estar con mi querida madre. También participé en la película ‘Hijo de Hombre’ en ese tiempo”, comentó a manera de repaso de los años alegres de su vida. En su amplio repertorio, tiene temas de su autoría, como “Gracias Misiones”, en agradecimiento a su paso por escenarios de la tierra colorada; “No te olvidare jamás”, dedicado a su madre; “Un amigo”, para todos los amigos que fue cosechando a través del canto; “Lamento y Redención”, como homenaje a los aborígenes formoseños; “No lo olvides al cantor”, para todos los cantores del país; “Canción a las Malvinas”; “Escuadrón N° 5”; y “Canción al Soldado”, entre otras.Tras regresar a Formosa, vivió durante un largo tiempo en la casa de Omar Sbardella, de quien era ahijado, y trabajó como empleado en el Instituto de Colonización y Tierras Fiscales, donde se jubiló. Con el paso de los años fue adjudicado en una de las viviendas del barrio 7 de Noviembre, donde vive en compañía de tres perros. “El canto me abrió muchas puertas y le estoy agradecido a este arte porque me permitió viajar y conocer mucha gente y lugares. Antes venían muchos a verme, pero ahora me siento sólo y olvidado. Estos perros son todo para mí”, remarcó. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras para mostrar y disfrutar” Don Víctor Manuel Ibarra resaltó que los formoseños tienen en la actualidad una ciudad completamente distinta a la de sus años de juventud y destacó el desarrollo alcanzado en materia de infraestructura. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras que mostrar y disfrutar. Antes era más chica y casi no había asfalto. Era una pequeña comunidad con un centro acotado. Ahora tenemos otra Formosa porque el cambio que experimentó es grande. Son muchas las calles y avenidas que cuentan con asfalto cuando eso era impensado décadas atrás”, expresó. Con respecto a la gente, consideró que el formoseño siempre se caracterizó por su amabilidad y su hospitalidadTras regresar a Formosa, vivió durante un largo tiempo en la casa de Omar Sbardella, de quien era ahijado, y trabajó como empleado en el Instituto de Colonización y Tierras Fiscales, donde se jubiló. Con el paso de los años fue adjudicado en una de las viviendas del barrio 7 de Noviembre, donde vive en compañía de tres perros. “El canto me abrió muchas puertas y le estoy agradecido a este arte porque me permitió viajar y conocer mucha gente y lugares. Antes venían muchos a verme, pero ahora me siento sólo y olvidado. Estos perros son todo para mí”, remarcó. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras para mostrar y disfrutar” Don Víctor Manuel Ibarra resaltó que los formoseños tienen en la actualidad una ciudad completamente distinta a la de sus años de juventud y destacó el desarrollo alcanzado en materia de infraestructura. “La ciudad se puso más linda porque creció y tiene muchas obras que mostrar y disfrutar. Antes era más chica y casi no había asfalto. Era una pequeña comunidad con un centro acotado. Ahora tenemos otra Formosa porque el cambio que experimentó es grande. Son muchas las calles y avenidas que cuentan con asfalto cuando eso era impensado décadas atrás”, expresó. Con respecto a la gente, consideró que el formoseño siempre se caracterizó por su amabilidad y su hospitalidad, y entendió que esos valores deben ser cuidados. “Las virtudes no deben pasar de moda. Pese a las condiciones en las que me encuentro ahora, siempre quise a mi provincia y traté de darle todo lo mejor que tuve para ofrecer. El paisaje de nuestra Formosa es muy bonito, muy particular, muy nuestro y todos debemos estar orgullosos de la tierra en que nacimos. Tal vez el modo de relacionarse de la gente cambió un poco, pero en esencia la solidaridad y la nobleza se mantiene en la comunidad formoseña”, sostuvo. A lo largo de la conversación, la música siempre estuvo presente y reiteró en varias ocasiones que el amor por el canto nació con él. “Algunos hablan de la vocación, otros del don. En mi caso el canto es la vida. Cuando hice ‘Zamba para mi Formosa’ lo hice desde el amor. Surgió en mí la inspiración y desde lo profundo de mi ser convertí en letra mi cariño por mi tierra, por la gente amable y buena”, aseguró. , y entendió que esos valores deben ser cuidados. “Las virtudes no deben pasar de moda. Pese a las condiciones en las que me encuentro ahora, siempre quise a mi provincia y traté de darle todo lo mejor que tuve para ofrecer. El paisaje de nuestra Formosa es muy bonito, muy particular, muy nuestro y todos debemos estar orgullosos de la tierra en que nacimos. Tal vez el modo de relacionarse de la gente cambió un poco, pero en esencia la solidaridad y la nobleza se mantiene en la comunidad formoseña”, sostuvo. A lo largo de la conversación, la música siempre estuvo presente y reiteró en varias ocasiones que el amor por el canto nació con él. “Algunos hablan de la vocación, otros del don. En mi caso el canto es la vida. Cuando hice ‘Zamba para mi Formosa’ lo hice desde el amor. Surgió en mí la inspiración y desde lo profundo de mi ser convertí en letra mi cariño por mi tierra, por la gente amable y buena”, aseguró.